La euforia que se vivió, quedó grabado para la posteridad en un DVD, que saldrá a la venta en los próximos meses.
RBD es una agrupación musical que merece un estudio profundo de su éxito. No se explica cómo un grupo de jóvenes que no cantan, que desentonan y pegan unos tremendos chillidos, venden millones de copias y congregan miles y miles de niñas enloquecidas en sus directos.
Dicen que este exitoso grupo, que salió de la serie de televisión Rebelde, debe su consagrada fama a su creador, Pedro Damián, un sabueso a la hora de concebir culebrones televisivos e impulsar figuras jóvenes de la actuación a través de sus producciones. Tiene tanto poder en el mundo de la televisión en México que pocos son los que se resisten a sus ideas y proyectos. El productor sabe como nadie dónde está el dinero y cómo conseguirlo, y ahí radica el éxito de una banda que suena en toda América Latina, que vende en merchandising millones y millones de dólares y que ha hecho de sus intérpretes estrellas indiscutibles dentro de un público juvenil que siempre se ha identificado con sus canciones y con su forma de ver la vida.
En su actuación de Madrid el pasado viernes 22 de junio en el Vicente Calderón, más de 25 mil pequeños lloraron, cantaron, bailaron y sintieron con mucha efervescencia cada salida al escenario de Dulce María, Christian, Anahí, Christopher, Maite y Poncho.
El concierto, que duró casi tres horas, quedó grabado para la posteridad en un DVD que saldrá a la venta en los próximos meses, bajo el posible título de Live in Madrid y que contó para su realización con la más alta tecnología.
Trece cámaras, espectaculares juegos pirotécnicos, nueva escenografía, sirvieron de marco a un show en el que, hay que reconocerlo, los RBD lo dieron todo.
“Son mis ídolos, los amo”. “Poncho eres todo para mí”. “Christopher, por Dios, mírame”, eran las palabras ensordecedoras de cientos de fanáticas que desde el inicio del show hasta el final, no dejaron de lanzar a sus ídolos musicales, muñecos, cartas e infinidades de detalles que los miembros de seguridad tenían que quitar del escenario a cada rato para evitar que los artistas se tropezaran.
PAPÁS SUFRIDORES
Un padre de familia que acompañó a sus hijas al concierto contó que se había gastado más de doscientos euros en las entradas. Otro dijo que no entiende porqué su hija se viste como Dulce. Una madre que acompañó a su pequeña declaró que su niña, desde que vio Rebelde, tiene empapelada toda la habitación con imágenes de sus protagonistas. “Estamos jodidos en casa. A Sandra la he llevado al psicólogo, y éste me ha dicho que no me preocupe, que son etapas de la adolescencia, pero por Dios, que crezca pronto, porque los que vamos a ir al psiquiatra somos nosotros”. Ése el fenómeno RBD y prepárense porque esto no para. Sus creadores han manifestado que sacarán otro álbum, lanzarán muñecos de sus intérpretes y realizarán una película. Ya lo dijo un miembro de EMI Music, casa discográfica de los RBD: “Mientras haya demanda, ellos seguirán explotando a la gallina de los huevos de oro”.
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